Tres años en el poder

Por: César Sandoya Valdiviezo
Aunque la política siga siendo la tarea de grupos pequeños, es imposible pensarla ahora sin la participación masiva de la población. Los gobiernos actuales no toman una decisión sin evaluar la respuesta que tendrá en los movimientos sociales, en la gente que está dispuesta a protestar y sin medir los espacios que otorgarán los medios de comunicación.
El Gobierno de la Revolución Ciudadana, que hoy cumple tres años en el poder, no es la excepción. Desde que asumió la administración del país ofreció terminar con la vieja política e inaugurar una nueva forma de servir a la gente.
Hay que reconocer la corrección de malas costumbres, prácticas censurables, intereses sectarios, círculos privilegiados, que fueron frecuentes en varios regímenes del pasado.
El proceso que emprendió el Gobierno de la Revolución Ciudadana rompió etapas y encaminó un rumbo en pos del cambio anhelado y transformaciones.
Es justo reconocer la obra pública que emprende el gobierno en Loja. Lo que hasta hace poco era un sueño hoy está a punto de convertirse en realidad, como es tener vías de primer orden que comuniquen con mayor rapidez y comodidad a las provincias de Zamora Chinchipe, El Oro y Azuay.
Otras obras también ilusiona a la ciudadanía, como el Instituto Nacional de Investigaciones Gerontológicas (Iniger), las dos escuelas del milenio, el Canal de Riego Zapotillo, el hospital de Catacocha, el teatro de la Cultura, el nuevo edificio de la Orquesta Sinfónica de Loja, etc.
Sin duda que con la Revolución ciudadana soplan vientos renovados, con evidente ilusión y con enorme expectativa popular, pero falta mayor empuje y celeridad para que la obra pública que empieza con tanto entusiasmo no se estanque.
También es importante que las autoridades seccionales que pertenecen al partido de Gobierno entiendan la necesidad de abrir el abanico para invitar a personas confiables que no pertenecen a su grupo a fin de fortalecer el equipo de trabajo y emprender nuevos proyectos de desarrollo. Es menester una etapa de reflexión y madurez de ideas, a fin de que exista una dosis de concordia y mayor respeto a la opinión ajena.