viernes, 11 de diciembre de 2009

La ética y los tests

Por Amable Ayora Fernández
Han transcurrido 105 años desde que por primera vez y de forma oficial se aplicaron estos recursos de medición en el desarrollo de la personalidad de los niños que por diversas causas preocupan a los estudiosos el rendimiento escolar impartido por los pedagogos de aquella época. Esta labor inicial de aplicar los tests-pruebas- correspondió al eminente psicólogo Alfred Binet, y desde esta fecha se continúa con esta actividad hasta nuestros días en el marco de las más amplias controversias por desconocer realmente el verdadero significado e importancia que tienen estos instrumentos en el desarrollo del individuo y de nuestra sociedad contemporánea.
Nos preguntamos ¿Quién debe aplicar los tests psicológicos?; ¿Para qué se aplican estos recursos?; ¿Existen realmente normas de tipo ético que respaldan está práctica social y científica?. Estas y otras interrogantes configuran el verdadero conocimiento e importancia de los tests psicológicos de los que existen una diversidad de clasificaciones para ser aplicados por los especialistas de la psicología en el desarrollo del ciclo vital del ser humano. No obstante que, desde nuestra posición vienen a constituir uno de los elementos esenciales del diagnóstico psicológico, y sobre esta base emprender en los programas de intervención, ayuda y asesoramiento a nivel individual y social.
El tema la ética y los tests se constituye entonces en una práctica de trascendencia social e importancia para la Organización Científica del Trabajo en los que uno de los dominios de aplicación es la educación, la actividad deportiva, psicología militar, psicología forense, en los consultorios psicológicos, etc. Consecuentemente, este proceso estará sustentado por principios y normas que el Código de Ética así lo exige, como una verdadera práctica de la psicología como ciencia y como profesión, y que en el caso que hoy nos ocupa prevalecerá siempre: 1. El respeto hacia las personas evaluadas; 2. Aceptación de las características teórico-científicas que determinan el valor de las pruebas-tests; y, 3. Uso inteligente y creativo de los resultados obtenidos en el ascenso y planteamiento de metas hacia el mejor bienestar de las personas, con una clara incidencia directa en el campo pre-profesional, profesional, vocacional, humanístico y de poder de mejor manera contribuir en los procesos de cambio y trasformación que exigen nuestros pueblos y regiones del mundo en que vivimos.

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