El Estado de Sitio

Hever Sánchez M.-
Los despliegues antidelicuenciales realizados a nivel nacional no han dado ningún resultado. No se puede engañar a la ciudadanía pensando que declarar el Estado de Sitio a una u otra ciudad va a detener a los delincuentes, eso es echar agua al humo. Para declarar la seguridad ciudadana hay que cambiar en primer lugar las leyes actuales, las mismas que favorecen directamente a los pillos.
Hay que defenestrar a los jueces corruptos que por desgracia en nuestro país son la mayoría, quienes cobardemente dicen también ser víctimas de la delincuencia. Seguramente son víctimas cuando los delincuentes no tienen los medios económicos necesarios para sobornarles.
La ciudadanía está cansada de tanta impunidad. Está cansada de asambleístas que defienden las erróneas normas vigentes y lo que es peor, defienden abiertamente a los delincuentes. Ellos viven amurallados y evidentemente no les llegan los atropellos sociales. La ciudadanía está cansada de aquellos falsos defensores de los Derechos Humanos que por tradición defienden a antisociales, delincuentes, guerrilleros por citar unos cuantos, dejando siempre desamparada a la población que son en realidad quienes sufren las consecuencias de estos parias. No se trata de que un robo de 500 ó 100 dólares sea procesado como hurto. Se trata del daño sicológico que sufren los agraviados. Mujeres indefensas con niños en brazos, adolescentes a la salida de los colegios, etc. Se trata de la intimidación de la que son víctimas los agredidos.
No es posible de que haya pillos con más de 30 detenciones. Evidentemente es un parámetro de que estos delincuentes sobornaron 30 veces a los jueces corruptos y se burlaron 30 veces de la justicia y 30 veces causaron dolor a víctimas inocentes. Desde que se abrieron las fronteras, nuestro país se ha convertido en centro de acopio internacional de la delincuencia. Un mal más que se ha sumado a la terrible inseguridad en la que vivimos los ecuatorianos. Mientras en el extranjero se humilla a nuestros compatriotas, en este absurdo país se les recibe con honores a cualquier extranjero de cualquier calaña. Esperemos que se deje de hablar tanto y alguna vez se obre de verdad.
hever@bk.ru