La base de Manta

Hever Sánchez M.
No hay plazo que no se cumpla ni mal que dure 100 años. La base de Manta vuelve a manos ecuatorianas después de haber sido administrada por los Estados Unidos so pretexto de luchar contra el narcotráfico.
En realidad hay serios indicios de que el narcotráfico no era precisamente la razón principal de su estadía en tierras ecuatorianas. Por una parte era un punto de apoyo al Plan Colombia a corto plazo, y a largo plazo Estados Unidos, a través de sus bases militares y una campaña sucia de desprestigio contra los países que conforman la Amazonía, pretende apoderarse de esta importante región del planeta, pues su mega diversidad la convierten en única en el mundo y evidentemente en un botín muy jugoso que tienen en la mira.
Pero, ¿qué nos queda a los ecuatorianos de la base de Manta además de los cientos de crímenes contra pescadores indefensos que vieron hundirse sus barcas en actos de prepotencia y abuso de autoridad? A Ecuador le dejan todas las instalaciones vacías. Difícilmente hubieran podido alzar con edificios. Tampoco han demolido las instalaciones en donde funcionó la base. A estas alturas no podrían hacer lo mismo que hicieron cuando administraron las Islas Galápagos durante la segunda guerra mundial, con el pretexto de monitorear el Océano Pacífico principalmente desde la base de Baltra.
No olvidemos que en 1.946 cuando dejaron las islas, destruyeron todas las instalaciones, destruyeron todas las máquinas e insultantemente arrastraron sus residuos hasta el fondo del mar para que no sirvieran a nadie, para que nuestro país no les pudiera dar ningún uso. Esa era la forma de actuar de los "inventores de la libertad, los derechos humanos y el respeto mutuo.
Estos hechos no se han repetido esta vez desde la base de Manta. No porque no tengan ganas de hacerlo sino porque su ya deteriorada imagen a nivel internacional se vería seriamente afectada una vez más y lógico es que no les conviene. El planeta hace mucho que dejó de ser el laboratorio de este imperio que hacía y deshacía a su antojo e imponía sus intereses a como dé lugar en cualquier lugar.
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