miércoles, 8 de julio de 2009

El Alcalde de Hogaño

Por: Raúl Sandoya Espinosa
El nuevo amanecer es luz y actividad febril. Albricias! para el estimable economista Bolívar Jumbo por la oportunidad que le brinda, masivamente, el altivo pueblo de Pindal para desempeñar con éxito la Alcaldía del Nuevo Amanecer.
Lo mismo digo para los egregios ediles del muy Ilustre Concejo Municipal. Sin vanas pretensiones ni para soslayar siquiera la indispensable planificación a ejecutarse en el mandato, creo que no se habrá olvidado :
a) La construcción de un mercado popular amplio, limpio y funcional, conforme a la nueva realidad social del cantón. Jamás como el anterior con criterio parroquial.
b) Un centro deportivo completo, en colaboración con el Ministerio de Deportes.
c) La Biblioteca Pública Municipal con auspicios del Ministerio de Cultura.
d) El Club Social Pindal dirigido por la candorosa juventud del lugar. No para reuniones etílicas sino por el fomento de la culta relación social.
e) Una comisión permanente para el control del centro urbano para que permanezca siempre atractivo y limpio, como sus fachadas y portales decentes.
Es preciso contar con el sector educativo del lugar, ahora representada por una pléyade intachable de honestos y calificados profesores docentes; entre otros el muy ilustre rector del colegio, Lic. Róger Bustamante y su bella cónyuge doña Inés Moncayo.
Se espera que el Municipio y la alcaldía ejerzan su gestión con absoluta firmeza. Es impostergable, por ejemplo, la inmediata demolición de los mamotretos, heredados de la administración anterior, porque denigran burda y torpemente el diáfano panorama barrial, como ocurre con esa detestable construcción inútil en la parte mas placentera y romántica de la Pampa tradicional, donde tras la formación de un triángulo antiguo, se funden los dos viejos caminos que vienen del occidente y del sur, por donde antaño caminaron los Paltas y los súbditos imperiales del Incario y los españoles.
La Pampa no es un sitio ordinario, sino la antesala luminosa de la idílica población. No es un rincón, sino el espacio para admirar. donde, no muy lejos en el tiempo,, estaban las casas encantadoras del inolvidable tío Abdón, del ágil tío Juan y de la muy respetable y querida familia Sandoya.
Habían aun, entonces, los hermosos árboles centenarios con sus coros melifluos de aves canoras. Es de desear que en La Pampa, limpia de los mamotretos, se construya el Paseo de la Tarde, con los arreglos de la modernidad para el sano y gratuito esparcimiento personal.
Quito-Ecuador

1 comentario:

jlgranda dijo...

Comparto este artículo, se debe construir un nuevo Pindal, cimentando sus raices y tradiciones, pero viendo siempre el mundo.

Debemos derribar esos paradigmas de "ser el último rincón del mundo", como lo diría alguna vez Benjamín Carrión; y pasar a ser en cualquier lugar "El primer rincón del mundo".