CARTA DIRIGIDA A CESAR SANDOYA VALDIVIEZO, EVER SANCHEZ M., JUAN CARLOS BUSTAMENTE G., DUMANI SÁNCHEZ N., RONIER RAMIREZ S., DIEGO CASTILLO P., BOLIVAR JUMBO, MARCO VIVAR RIVAS., IVAN SÁNCHEZ M.
Recordados amigos:
Muy pocas veces se tiene la oportunidad de vivir acontecimientos que transforman el mundo. Es el caso de la caída del Muro de Berlín y la revolución de 1989, que acabaron con el comunismo en Europa y con la "guerra fría". Para todos los que detestamos el totalitarismo, 1989 fue un año inolvidable.
Nadie fue capaz de predecir lo inminente que eran el fín del comunismo y la caídad del Imperio Soviético, pero todo analista internacional que se preciara tuvo que dar una explicación sobre las revoluciones de 1989.
Si hubiera que elegir un solo autor que nos explicara lo que ocurrió en 1989, este sería el historiador Timothy Garton Ash, quien es a 1989 lo que Alexis de Tocqueville a 1789: un gran cronista. Garton Ash no solo explica mejor que nadie las causas y consecuencias de la caída de los regímenes comunistas de Europa del Este: su obra está tambien repleta de emotivas anécdotas personales de los acontecimientos de los que fue testigo de excepción. Conviene volver a sus libros, muy especialmente a "Los frutos de la adversidad" (Editorial Planeta).
Para situar la revolución de 1989 en su perspectiva histórica es recomendable la brillante obra: "Historia del siglo XX" (Editorial Crítica), de Eric Hobsbawn, que explica cómo la era de los extremismos, que comienza en 1914, felizmente acaba en 1989, con la caída del bloque soviético.
La destrución del Muro y el posterior debate revelaron por fín la verdadera naturaleza del comunismo. No, no era una ideología alternativa a la democracia liberal; no era otra vía hacia el desarrollo económico. El comunismo había sido siempre una ocupación por las armas: sin fusiles no hay comunismo. Nadie acepta, salvo si es miembro del aparato, vivir en un régimen comunista, a menos que se le obligue.
La profecía es un género aleatorio, pero ello no impide que los hechos, desde hace veinte años, hayan dado la razón a la hipótesis de Francis Fukuyama, en el momento de la destrucción del Muro, sobre el "Fín de la Historia". El prestigioso intelectual norteamericano - Francis Fukuyama - no escribió que ya no habrá Historia en absoluto, sino que ésta se definiría en función de un único modelo de referencia: la Economía Liberal.
Desde hace veinte años, éste es efectivamente el caso: de buen o mal grado, tanto en tiempos de crecimiento como en tiempos de crisis, la reflexión política, la ciencia económica y las decisiones democráticas actúan todas, en todas partes, dentro del paradigma exclusivo del "capitalismo democrático". Que algunos pretendan huir de él, y que algunos quizás lleguen a inventar ideologías de sustitución, entra dentro de lo normal: Fukuyama vaticinó que la búsqueda de lo absoluto, por poco razonable que fuera, no cedería nunca ante el principio de la realidad.
Este es mi pensamiento, este es el pensamiento de alguien que nació desde muy abajo y creció desde muy adentro. He hablado claro y espero una respuesta dura.
Atento saludo
Luis Castillo Paredes
abceurocentro@hotmail.com
martes, 10 de noviembre de 2009
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1 comentario:
"Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos."
HOMAR E.
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