Órganos estuvo de fiesta

La comunidad de Órganos Alto del cantón Pindal, habitada por 30 familias en la vía que conduce a Peletillas, celebró el mes pasado sus fiestas en medio del fervor ciudadano y con la presencia de las autoridades municipales, presididas por el alcalde Bolívar Jumbo Lapo.
A pesar de los limitados servicios básicos con que cuenta el sector, la gente se olvidó por un momento de su penuria y decidió contagiarse del ambiente festivo que reinó en la comunidad durante dos días.
Encuentros deportivos, juegos recreativos populares y la famosa lidia de gallos engalanaron el programa que se desarrolló durante el día. Mientras que por la noche el baile popular, mezclado con un espectáculo artístico, confraternizó a las familias que disfrutaron del evento.
El programa parecía familiar, donde todos se conocían, se saludaban, se brindaban comida y botellas con cerveza, para refrescar el inmenso calor que al mediodía invadió la zona.
Nadie quería empañar la fiesta. Por eso decidieron no hablar de la falta de letrinas para reemplazar a los sanitarios, ni de la pésima vialidad que impide el traslado de los productos cosechados a los mercados, ni siquiera los bajos precios del maíz que no recompensan el costoso proceso de producción del grano.
En ese instante, todas las caras lucían resplandecientes como los rayos solares que iluminaban las extensas hectáreas sembradas de maíz. Unos disfrutaban de los juegos populares, otros de los encuentros deportivos y otro grupo, especialmente conformado por hombres, avivaba la lidia de gallos en un pequeño e improvisado ring creado especialmente para esa actividad.
La tarde avanzaba al mismo ritmo que crecían las apuestas por el mejor gallo de la jornada. Un juez vestido de vaquero con un sombrero que cubría hasta parte de su rostro, imponía su ley sobre la base de reglamentos que estaba obligado a hacer cumplir a los participantes.
Al final llegó la noche y con ello el ritmo a su máximo esplendor. El baile y la música llenaron de satisfacción a los participantes.
Foto. La lidia de gallos fue el espectáculo más concurrido.