martes, 27 de octubre de 2009

"Noches de boca de grande"

Por: José Luis Granda
"Noches de boca grande", es la canción que escuchamos justo después de que el camarero nos pasara la carta, asintiendo que el café que servián era lojano, al tiempo que remembro su querencia de la tierra natal.
Bonito lugar aquel, no solo por la decoración, acorde a esa calle colonial traída del olvido de siglos, hacia la modernidad y forzada a ser un recuerdo melancólico de lo que ya perdimos. En fin eramos dos lojanos más que deambulaban, en modo turistas por aquella calle estrecha, llena de gente, de canelazo, de artesanía, de bares, de señoras que ofertaban seco de chivo, y de aquel mimo que no atinó decantarnos a entrar a "su local".
Un carajillo (café + brandy) al calor de una melodía francesa, acompaño nuestro alegría de volvernos a ver, le prometí que la extrañaba y ella, me respondió con un beso, que significó "yo también". El carajillo se extinguió y decidimos salir a buscar calor en la fría noche, no fue una tarea difícil, basto con mirar al frente y de nuevo, la oferta de canelazo, de seco de chivo, de tambores y acordiones, de volver a caminar.
Luego de probar la inmutes del mimo, le dí un beso, mientras avanzamos por la corta escalinata que conduce al lugar de los cubas libres exquisitos, aunque pienso que el verdadero sabor de aquellos tragos, estuvo en sus ojos y su sonrisa. Tango! si era un cantor, que matizó la noche, con un tango y un pasillo, mientras yo miraba sus ojos, mientras ella besaba mis labios.
Pero lo mejor vendría después, justo después de probar el calentado de mora y naranjilla, justo después de escuchar desde la puerta, las canciones de Leo Dan, justo después de leer acerca de "Don pendejadas".
"Noches de boca grande" y nuestro gusto compartido por el café, fueron la invitación a pasar al bar donde el lojano era camarero. La media de edad, en aquel lugar, antes de nosotros y a excepción del "pelao" que acompañaba a sus padres, bajo 10 años a nuestra llegada, pero el ambiente ya estaba listo, y al compas de "El aguacate", "Nuestro Juramento", "Como dicen que no se goza", "Quien será", "Noches de boca grande" y la que pedimos, "Ángel de Luz" permitieron que ella y yo, pudiésemos beber un café lojano de forma inolvidable.
Son dos días desde aquella noche y ya la extraño de nuevo.
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