viernes, 30 de octubre de 2009

El nuevo pensamiento universitario

Amable Ayora Fernández
Como una categoría central queremos afirmar que ha sido competencia de la psicología como ciencia el estudiar cada vez el pensamiento social como una alta función psíquica superior existente en los seres humanos y en ésta responsabilidad mantener siempre amplias relaciones con las diversas ciencias, como las ciencias sociales, las ciencias naturales, y las ciencias del comportamiento.

Este dinamismo ha estado cobijado a la luz de la dialéctica y por la influencia decisiva de la filosofía de las ciencias como ejes fundamentales del desarrollo del nuevo conocimiento científico. Si bien, como explicara L.S Vigotsky, el padre de la psicología científica, que el origen de las formas superiores -específicamente humanas- de conducta debe partir de un enfoque histórico a fin de esclarecer en qué consiste el desarrollo, cuál es su origen y a dónde conduce este proceso.

Es innegable el avance vertiginoso del conocimiento científico, técnico y tecnológico en nuestras sociedades, lo cual se constituye como un nuevo reto de respuesta de la Educación Superior en los escenarios del siglo XXI, y en el avance progresivo de nuestras universidades latinoamericanas cuyos paradigmas tradicionales deben ser sustituidos por los nuevos valores de convivencia humana. La nueva Universidad tiene el camino de ir reconstruyendo la sociedad, utilizando activamente su capacidad intelectual y prestigio institucional en la perspectiva de obtener una sociedad más justa y la consiguiente rendición de cuentas en sus aspectos de actuación. Pensamos entonces que es competencia de la nueva universidad y específicamente de sus docentes el enseñar a pensar a nuestros alumnos para que puedan partir de sus experiencias y llegar a sus propias conclusiones.

En el contexto de nuestra Universidad ecuatoriana, el día 11 de mayo de 2007 se realizó el importante panel sobre el tema que abiertamente estamos analizando, y que entre uno de sus aspectos concluyentes, se ratificó que, estamos ante un cambio de época en donde nuestra América Latina vive un proceso de integración sin un hilo conductor; y más aún, existe la noble aspiración a que los ciudadanos hagan suya la causa de la soberanía, la democracia, la excelencia académica, el desarrollo y la unidad de nuestra América. Si bien, el pensamiento pedagógico de José Martí, ya expresaba que: "La educación es el alma de los pueblos. Hay que ser cultos para ser libre". Consecuentemente, nuestras universidades en esencia dialécticas y progresistas tienen la responsabilidad de ser críticas y constituirse en el centro de la duda; a ser siempre la praxis de su pensamiento constructivo, crítico y propositivo en la perspectiva de llegar a la popularización de la educación superior, la vigencia clara de su autonomía, su contacto con toda la sociedad y en cada momento histórico en que viven los hombres y mujeres, entes decisivos de las profundas transformaciones y cambios que en esencia así lo exige la NUEVA UNIVERSIDAD.
amableayora@hotmail.com

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