martes, 15 de septiembre de 2009

El oficio periodístico

Por: César Sandoya Valdiviezo
"El periodismo es el mejor oficio del mundo", decía con entusiasmo el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez. Esta frase encierra una enorme responsabilidad social para quienes tenemos la suerte de haber escogido una de las profesiones más difíciles y peligrosas, pero al mismo tiempo fascinante y apasionada porque permite el contacto directo con una realidad que nos cuesta entenderla y más aún asimilarla.
Sin duda que la comunicación tiene una función social que cumplir, un aporte que hacer frente a las urgentes necesidades de una sociedad cada vez más ávida por mayor información. Los comunicadores somos, de alguna manera, maestros conductores del pensamiento y de la conciencia de los seres humanos. Esa es una enorme responsabilidad que hay que saberla administrar, manejar y, aunque alguien se desvíe de esos principios, es la tarea de todos los que tenemos conciencia de lo que significa la comunicación, tratar de mantenerla en el sitial que se merece.
Porque comunicar no es sólo el acto de emitir mensajes o señales ni la acción de usar medios, sino el arte de provocar significados y producir comportamientos; es suscitar cambios en el pensamiento, el sentimiento y la acción de la persona: el cambio fundamental consiste en el paso de un hombre acrítico a uno crítico.
La construcción de una nueva sociedad depende en gran parte del periodismo como institución rectora de la opinión pública, de ahí la responsabilidad de pensar si primero se tiene las pruebas antes de difundir la noticia por muy exclusiva que sea. Es cierto que hay gente corrupta, pero también es real que mientras no se concluyan las investigaciones, no se pude aseverar nada. Es respeto a las personas es fundamental para un trabajo serio.
Algunos familiares de los detenidos que están en calidad de inculpados sufren las consecuencias de aseveraciones periodísticas que no tienen sustento legal, porque las investigaciones aún no concluyen.
En primer lugar, está la verdad. Con responsabilidad se debe escribir sobre los hechos y no sobre las personas, a menos que hayan pruebas irrefutables que involucren nombres propios. La verdad será siempre el mejor aliado del periodismo serio, responsable y con peso en la opinión pública.
No olvidemos que el Periodismo es la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios, según cómo se use.

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